martes, 31 de agosto de 2010

Recuentos celulares hematológicos

SERIE BLANCA (LEUCOCITOS)

Los leucocitos, desde el punto de vista morfológico se dividen en granulocitos (polimorfonucleares), monocitos y linfocitos; los granulocitos a su vez, en neutrófilos, eosinófilos y basófilos. El aumento o disminución del número total de leucocitos se denomina leucocitosis o leucopenia respectivamente; éstas pueden involucrar todas las líneas celulares o sólo un tipo específico de ellas; razón por lo que todo contaje leucocitario debe incluir el recuento diferencial.

El recuento diferencial enumera cada tipo de leucocito en cifras porcentuales o relativas; se cuentan 100 células en un frotis de sangre periférica, sin importar el grado de madurez o diferenciación y los resultados se reportan en los porcentajes de cada tipo contado. De igual manera, para la interpretación precisa del aumento o disminución de alguna línea celular es necesario calcular su cifra absoluta, de acuerdo a la siguiente ecuación:

Cuenta absoluta células/ mm= cuenta diferencial relativa (%) x cuenta leucocitaria (leucocitos /mm3) / 100

Valores absolutos normales (mm3)

  • Leucocitos: 4.500-10.000
  • Neutrófilos: 3.000-6.000
  • Eosinófilos: 50–300
  • Basófilos: 0-75
  • Linfocitos: 1.500-3.000
  • Monocitos: 150-700     

El núcleo de los granulocitos se segmenta progresivamente a medida que va madurando; según el número de lóbulos del núcleo puede predominar cualquiera de sus formas inmaduras: cayados, metamielocitos, mielocitos o promielocitos; a estos hallazgos se le denomina desviación a la izquierda, típico de las infecciones bacterianas agudas (recordar que los cayados son las células que preceden inmediatamente a los polimorfonucleares). La alteración de los granulocitos puede ser cuantitativa (leucocitosis y leucopenia) o cualitativa (trastornos funcionales de los fagocitos); esta última es rara y obviamente existe susceptibilidad a las infecciones.


LEUCOCITOSIS. Se refiere al incremento del número de leucocitos circulante por encima de 10.000 por mm3. El aumento puede incluir uno o más subgrupos de leucocitos circulantes: granulocitos (neutrófilos, eosinófilos y basófilos), monocitos o linfocitos. La mayoría de las veces es por un solo tipo de leucocito, generalmente neutrófilos, con aumento moderado de las otras series. Recordar que un 5% de la población normalmente tiene una cuenta blanca fuera de los límites normales. Un paciente con leucocitosis puede presentarse en tres formas:

  • Con un conjunto inicial de síntomas y signos
  • Con una enfermedad de base conocida; por ejemplo, una leucemia mieloide o linfoide crónica
  • Con un examen de laboratorio de rutina

La historia clínica y el examen físico del paciente son importantes para orientar las posibilidades de la leucocitosis; por ejemplo, una leucocitosis con neutrofilia y eosinopenia se pueden observar en pacientes con esplenectomía, inflamaciones crónicas y por el uso crónico de esteroides. En la drepanocitosis puede haber leucocitosis por ausencia del bazo o por incremento de la hematopoyesis (la médula ósea responde como un todo, “concepto de eritrón”); esta leucocitosis puede ser el anuncio de una crisis hemolítica y se considera un factor predictivo de gravedad.

Una falsa leucocitosis se observa cuando existe aumento de normoblastos en la sangre periférica, éstos interfieren en el contaje blanco, hecho que obliga a corregirlo. Igualmente, la pseudoleucocitosis, en las crioglobulinemias, que al precipitar en frío, forman una película que es contada erróneamente por los contadores automatizados.

Neutrofilia. Se refiere al aumento absoluto de los neutrófilos en la sangre periférica por encima de 6.000 por mm3 y es la causa más común de leucocitosis, a saber:

  • Trastornos inflamatorios: artritis reumatoide, lupus eritematoso sistémico, polimiositis y tiroiditis.
  • Hemorragia aguda (la leucocitosis se debe a la respuesta global de la médula ante el estímulo hemorrágico)
  • Enfermedades hematológicas: leucemias (agudas y crónicas) y crisis de una anemia hemolítica
  • Emergencias médicas: quemaduras, politraumatismos, infarto del miocardio, infecciones bacterianas agudas (reacciones leucemoides), cetoacidosis diabética, eclampsia, tirotoxicosis “tormenta tiroidea”, uremia e intoxicaciones (plomo, mercurio, quinina y cigarrillo)

Eosinofilia. Se refiere al aumento absoluto de los eosinófilos en la sangre periférica por encima de 300 mm3. Generalmente la eosinofilia no es muy intensa, aunque en algunas enfermedades puede llegar a ser severa (> 1.500 mm3). Las causas más comunes son:

  • Enfermedades alérgicas. Se acompañan generalmente de un aumento de la IgE sérica; las más frecuentes son: asma bronquial, urticaria, edema angioneurótico, enfermedad del suero, vasculitis, alergia a los alimentos y medicamentos.
  • Parásitos e infecciones. Los más notables son las que invaden los tejidos como la triquinosis (T. spirallis), equinococosis (quiste hidatídico por Echinococcus), toxocarosis (larva migratoria visceral por Toxocara canis) y filariasis por Wuchereria. También se observan en la parasitosis intestinal por Necátor americanus, Strongyloides stercoralis y Áscaris lumbricoides; este último, en su paso por el pulmón produce una neumonía eosinófila (síndrome de Löffler) y, finalmente, en ectoparasitosis como la escabiosis.
  • Dermatopatías: psoriasis, pénfigo, eczema y dermatitis herpetiforme.
  • Neoplasias: linfomas Hodgkin y no Hodgkin a células T periférico, policitemia vera, leucemia mieloide crónica y micosis fungoide.
  • Enfermedades hematológicas: estados post-esplenectomía, anemia perniciosa y anemia drepanocítica.
  • Otras: artritis reumatoide, periarteritis nudosa, colitis ulcerativa y el síndrome hipereosinofílico idiopático.

Basofilia. Se refiere al aumento absoluto de los basófilos en la sangre periférica por encima de 75 mm3. Las causas más comunes son: síndromes mieloproliferativos crónicos (leucemia mieloide crónica), mixedema, colitis ulcerativa y medicamentos (estrógenos y drogas antitiroideas).

Linfocitosis. Se refiere al aumento absoluto de los linfocitos en la sangre periférica por encima de 3.000 por mm3 (siempre que no exista leucopenia con neutropenia absoluta).

Es normal entre los 4 meses y 4 años de edad. Las causas más comunes son:

  • Infecciones agudas: mononucleosis infecciosa (Epstein-Barr y Citomegalovirus), eruptivas de la infancia, tosferina, neumonías virales; protozoarios (toxoplasmosis) y linfocitosis infecciosa aguda.
  • Infecciones crónicas: brucelosis, tuberculosis y sífilis congénita
  • Enfermedades hematológicas: leucemia linfocítica aguda y linfoide crónica, enfermedad de cadenas pesadas y linfoma no Hodgkin de bajo grado.
  • Endocrinopatías: tirotoxicosis y enfermedad de Addison.
  • Reacciones alérgicas (medicamentos y alimentos)